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Dirigente del Licey con una gran proyección en las Grandes Ligas | AlMomento.net
Gilbert Gómez
Por
MLB
Fecha: 13/02/2024
MIAMI.- La Serie del Caribe del 2024 fue memorable.
Dos veces se rompió el récord de asistencia para un partido en la historia del torneo, se impuso una nueva marca de boletos vendidos para el evento caribeño y los Tiburones de La Guaira, dos días después de lanzar el segundo juego sin hit ni carreras que se haya visto en el Clásico del Caribe, terminaron con una sequía de títulos para Venezuela de 15 años, venciendo a la República Dominicana en la final, en una revancha de la edición pasada.
Sin embargo, algo que quizás haya pasado por debajo de la mesa, y que podría resultar en muchas satisfacciones para el béisbol latinoamericano en un futuro cercano, fue el brillante desempeño de los jóvenes managers que dirigieron en la serie.
Cuatro de los siete dirigentes de la Serie del Caribe inician apenas su andar como estrategas de béisbol. Y si lo hecho en este evento sirve como presagio de algo, entonces éstos cuatro estrategas sólo podrán ascender en los próximos años.
Quizás el nombre de mayor impacto es el de Yadier Molina, de 41 años, quien ha tenido un año y medio bien movido desde que colgó los ganchos tras 19 campañas en las Mayores con los Cardenales de San Luis en el 2022.
Poco después de anunciar su retiro, el puertorriqueño tomó las riendas de los Navegantes del Magallanes en la Liga Venezolana de Béisbol Profesional. A los meses dirigió a la selección de Puerto Rico en el Clásico Mundial de Béisbol y después hizo lo propio con los Criollos de Caguas en el béisbol de su país, llevándolos al campeonato para ganarse el derecho de ser la representación boricua en la Serie del Caribe.
De a poco, Molina ha impuesto su estilo de juego en sus dirigidos, mostrando en ocasiones una especie de “Yadi-Ball” con los Criollos. Pero ahora, Molina se concentrará en sus nuevas labores como asesor especial del presidente de operaciones de béisbol de los Cardenales, John Mozeliak.
“Overall (en sentido general), fue un torneo de mucha experiencia para cada uno de nosotros”, indicó Molina. “Jugadores, dueños, GM. Bien contento con esta experiencia que me dieron”.
Por el lado de la República Dominicana está Gilbert Gómez, quien con apenas 31 años asumió las riendas de los Tigres del Licey a mediados de diciembre, tras la salida de José Offerman del club. Gómez llevó al Licey a conquistar su 22da corona dominicana y alcanzar la final de la Serie del Caribe.
Gómez, quien admitió haber crecido siguiendo la carrera de Robinson Canó en sus tiempos como jugador – a quien dirigió en esta Serie del Caribe – dirigirá este año a la filial de Clase-A Port St. Lucie, con quienes fungió como coach de banca en el campeonato pasado.
“Es un paso grande, más cerca de lo que quiero ser en mi futuro, que es dirigir en los más altos niveles”, expresó mediante la Prensa del Licey en su momento. “Agradecer al equipo por la oportunidad y es un reto que asumo con respeto y responsabilidad. Siento que esta liga me prepara para esos puestos en Estados Unidos”.
Por el lado de Curazao estuvo Hainley Statia, quien llevó a la representación de su país a la segunda fase del torneo por primera vez en su historia, dando un paso importante con respecto a su primera Serie del Caribe el año pasado, cuando terminaron con registro de 2-5.
Durante todo el torneo, Statia y el resto de la escuadra curazoleña habló sobre las implicaciones positivas que puede traer esta participación en la Serie del Caribe al desarrollo del deporte en el país. A la vanguardia de ese esfuerzo estuvo Statia, quien con 38 años, mostró sus capacidades para dirigir un vestuario con varias figuras importantes, como Didi Gregorius, Jonathan Schoop, Andrelton Simmons, Jurickson Profar y Wladimir Balentien.
Statia tiene experiencia como coach dentro de las organizaciones de los Cerveceros y más recientemente con los Angelinos.
Sin embargo, quizás la estrella del grupo sea el panameño José Mayorga, quien fue reconocido como el manager del Equipo Todos Estrella de la Serie del Caribe, llevando a los Federales de Chiriquí al tercer lugar del torneo, sumando el segundo mejor récord del evento, con seis triunfos en ocho compromisos.